“Esta pieza está construida para estar en contacto con el espectador de forma directa y muy cercana, se le cuenta siempre, el espectador es la visita, se le tiene presente todo el tiempo, sin esta relación la pieza pierde sentido. En la escena el único diálogo que existe es con el espectador, no entre los actores, la escena así, está habitada por dos cuerpos vitales, los actores y el espectador, lo más importante es lo que está entre medio de estos, sin esto la pieza corre el riesgo de morir.”
foto: Eduardo Baldizán.
“El actor invita a el espectador a vivir una relación de puesta en abismo, el relato se inicia y se desarrolla como caída al vacío, hasta el final, con la calma y el vértigo de un arcoíris.”
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